Verônica Loss - Michel Croz (textos leídos en P+P)
LOS POSEÍDOS
¿Y cuál la locura
me grita el triángulo escaleno
la dulce cordura?
De estarse murien
durmien
sobre la blando colchón de agua de
la vida fliar respetada de
las ocho horas y cajas vacías del
turismo de la miseria y
la escuelita.
Y el todopoderoso creador de todo poder
podrá acaso romper toda su todalocura
podrá reventar los sesos de
niños inocentes de
puro aburrimiento
podrá reventar los sexos de
hombres aparentes de
absoluto y metafísica.
El elefante está poseído, hoy, ido
armándose un fino
dentro del wáter:
canaleta y calle
cocaína y living-room y
el elefante no más circula por la ciudad
que ya dejó de ser
maracaná-grapamiel rosa-luna y gardel.
Un montecartón tan pero tan másculo
tan pero pija y culo
cópula del derrumbamiento y
el pan de INDA
Yo me paseo por este papel y
no soy solo un poseído más
soy un ser vivo un ser de todos
un ser-vicio un ser-villeta
un ser-de-mierda un serono hamletiano
con huevo frito y mortadela
o sea: cero a la izquierda
de toda izquierda la
de la patria la de vos la
de la foto en el sorocabana la
de la cinemateca y el rock nacional la
del Partido y la del Padrenuestro.
Padre omnipresente casi tantas veces
como la madre que me parió y
prendió en su dentadura húmeda y
rancia entre putas de bulevar y
dientes de menstruación.
Accidentes el hijo
que ayer descumplió un
algo más su karma un
alguito es él que me sana y salva del
olvido o el retrato en el retrete
con marcha húmeda en la pared
posando con lápiz afilado en mano y
cuaderno con basura escrita en alto y
en el bolsillo izquierdo maldoror
editado en Baires centro
cultural del río de la…
inmenso devenir y
¡ojo! que no soy yo el que lo dije
Heráclito él mismo que
se curó de pura mierda
enterándose que enterrándose
salvaba su mi
vida se entierra si no escribo
aunque sea a contrapunto
contraorden contracorazón
y mis noches son del todo contrarias a los
contrapoemas de corbata
Pero son mis dedos los que deciden el misterio sobre
la hoja y si no hay hojas
si todas las hojas son de otoño la
calle se entrega en sus rincones
-ciudad vieja-
para que los viejos secretos
sufran entre mis pieses y
brote la sangre roja y caliente.
¿Y cuál la locura cuál la vereda?
¿La de punks esquilados
arrepentidos de buzos de
llamas peruanas
imberbes destrozados y
ovejas que siguen
pero perciben un algo
un fósforo sobre sus cabezas?
¿Cabezas de sapo de cocinera
de cocina eléctrica y recetas
de carrascos y cardápios
de domingo misa lunes terapeuta
rotary sábado y de noche fiesta?
¿Cabezas de hormigas que nunca paran
hormigueando hacia el
templo agujero inmundo cloaca
desfilando su hoz su martillo y
su repollo?
¿Cabezas con cabezas la
de los cuerdos criticantes
solapas de invierno
ornamentales o
abstemios cabezas para
sombrero y chimenea?
Porque
¿quién sepa algo qué sepa?
Nadie en esta montaña y en este vientre
nadie que sea auténtico o sea: verde
o sea: cristal laguna hacha flecha
¿quién el fuego y el viento entonces
si ya no queda nada por mover
si todos los cabezas de ángel
cabezas de sombrero
locas cabezas
no se mueven ni revientan?
Silencioso y poseído
me siento cabeceo me duermo
espero un 187 y
te des-espero flaca la que
engordaste mi olvido
obeso de tanto inflarte a puro corazón y
tangueo desde aquí tu ausencia
para re-tenerte azul
como una noche en
que los gatos eran dioses trepándose
incendiándose claraboyas.
¿Y cuál la locura donde el poseído?
La locura no es ni fue
la culpa la disculpa la palabra y
la desesperanza y el aborto y
el recuerdo y la sangre y
el hambre y el adulterio y
la maría se lo debemos al
buen dios primogénito y
último poseído deste infierno.
(Michel Croz)
(agosto 25 de 1988, Montevideo)